domingo, 2 de mayo de 2010

El Corazón y La Serpiente

Se agazapa
el corazón
(devorárase a sí mismo
si hacer presa supiera de su paso emboscado)
cual serpiente que,
a la mujer,
acecha
enroscada en su empeño:
ascender por la trocha que nos abre la ira.

Mientras, severos,
dignos,
guiados por la vara de los justos,
no miran hacia atrás, los hombres, ni se duelen.


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